viernes, 22 de noviembre de 2013

RECUERDOS DE MIMI SEMORILE Y ÑAÑA CURRAT

En la reciente reunión de primos Mimí me acercó una serie de escritos muy hermosos vinculados a los Currat, para compartir con la familia.

Comienzo hoy publicando los primeros recuerdos recopilados por Ñaña Currat y Mimí Semorile, espero los disfruten.



     1.     El bisabuelo José, Guardia Suizo del Papa

El bisabuelo José Currat decidió incorporarse a la Guardia Suiza del Papa, siendo aceptado.
Cuenta la anécdota que en esa época el Tesoro del Vaticano, era codiciado por inescrupulosos bandidos que consiguieron apoderarse de valiosas joyas en un descuido de los Guardias Suizos, encargados de su custodia. Por esta falta fueron condenados a muerte. Llegándole casi el turno a José, pues había otro Guardia antes que él, llegó el pedido del Papa, de suspender las ejecuciones. Así fue que el joven Currat salvó su vida.
2.      El gendarme enamorado
Nos contaba la abuela Sofía, que con su hermana mayor y siendo adolescentes, visitaban a menudo a su abuela, que vivía en una villa cercana.
El trayecto lo hacían caminando, llevando siempre una canasta con dulces y tortas. En el puente que debían atravesar, se encontraba un gendarme quien se ofrecía a llevarles la canastita. Un buen día decidieron burlarse del soldado y le aceptaron el ofrecimiento, no sin antes cambiar la canasta por otra llena de piedras. Así fue que el gendarme esa vez llevó la pesada carga, pero nunca más les ofreció su ayuda.
3.      El bisabuelo José Currat
Juan José Currat nació el 17 de agosto de 1833, en Saint Martin- (Ct. Fribourg). Casado con María Francisca Pittet Bossel.
Llegaron a la Argentina en noviembre de 1867. Con sus cinco hijos Marie 9 años, Emilia 7 años, Luis 5 años, León 3 años y Julia 9 meses. Fueron recibidos en el establecimiento Santa Catalina de Baradero.
4.      Los niños suizos en Santa Catalina
Cuando la familia de José Currat y Francisca Pittet Bossel, llegaron a Baradero con sus cinco hijos, se instalaron en el establecimiento de campo Santa Catalina. Contaba el bisabuelo que allí se encontraban con anterioridad otras familias suizas cuyos niños dominaban ya el idioma español. Cuando los recién llegados tenían hambre, pedían ayuda a los experimentados suicitos; estos los mandaban a la cocina: decí “tengo sueño” y a los pequeños hambrientos los mandaban a dormir... hasta que los mayores alertados, pusieron fin a la broma.
En los campos de Santa Catalina habían crecido algunas plantas de melón que, perdidas entre las malezas lucían sus fragantes frutos. Los pequeños suizos tentados por el aroma y ayudados por su olfato buscaban la sabrosa fruta exclamando en voz alta “¿où sont les melons?
5.      El golpe mágico
El herrero José Currat fue llamado de la fábrica de alcohol, hoy “Atanor”, para reparar una cocina a leña que no funcionaba. Varias personas habían intentado encenderla sin conseguirlo. José acudió al llamado y con un solo golpe de martillo en el caño de tiraje logró solucionar el problema. El precio que dio a su trabajo pareció excesivo a los jefes del establecimiento. ¡¿Por un golpe de martillo?! exclamaron. A lo que José respondió: Sí, pero hay que saber dar el golpe.
6.      La abuela Sofía
Uno de los hijos de Juan José Currat, León Pedro se casó en el Consulado de Suiza con Sophie Berthe Ginsberg, llegada a este país en el año 1885, con sus padres Frédéric Titus Ginsberg y Benjamine Corboz, y sus hermanos Federico Titus, Emma, Julia y Selma. Sofía era de Mettmenstetten Ct. Zurich y había nacido en Fiaugères Ct. Fribourg el 1º de abril de 1866.
León y Sofía fueron mis abuelos maternos
7.      El hogar de León y Sofía
León, en Santa Catalina trabajaba igual que su padre como herrero. Todos se trasladaron a Baradero siguiendo en su oficio. El taller se amplió rápidamente, dedicado a la fabricación de carruajes, carpintería y pinturería.

Sofía se dedicó a su hogar criando y educando a sus hijos. Ella traía de Suiza sus diplomas de “modista” y “sombrerera”. Así también regenteaba un pequeño taller de costura donde muchas jóvenes criollas aprendieron de ella el oficio. Algunas residían en la casa durante la semana, porque sus padres vivían en el campo.

jueves, 21 de noviembre de 2013

UNA CARTA DESDE GÉNOVA QUE CUMPLIÓ 107 AÑOS

José Semorile nació el 27/08/1879, era el tercero de los nueve hijos de Juan Bautista Agustín y Teresa Mussante, hermano de Luis Emilio, el sexto entre los nueve. Según comentó Mimí Semorile viajó mucho a Italia. Era coadjutor salesiano (según Wikipedia así se llaman los salesianos religiosos laicos, no se ordenan como sacerdotes pero dentro de la Congregación tienen los mismos deberes y derechos religiosos que los salesianos sacerdotes). Falleció en Córdoba el 23/04/1926.

José envía esta carta (cuya fotocopia acercó Mimí Semorile) a Luis Emilio en 1906 contándole una visita a Milán. Aparentemente residía en Génova. La carta tiene palabras en italiano, señaladas con itálica, a continuación entre paréntesis agregué la correspondiente palabra en español.

Génova, noviembre 1º de 1906
Señor Emilio Semorile
Baradero

Querido hermano:
Al recibo de esta, espero te encontrarás bien de salud, asieme (quizás assieme “juntos”) a papá, mamá, hermanos y demás parientes; aquí todos buenos.
Por las postales que mandé, sabrás que he estado á (en) Milán y me quedé seis días para visitar bien la exposición, y algo de la ciudad. Tuve de compañero a un nuestro primo, José Musante, zapatero, y que vive en Nervi. La cosa más importante, que se admira en Milán es el Duomo, una de las primeras meravillas (maravillas) del mundo. El templo tiene 148 metros de largo, por 57 de ancho, la cúpola (cúpula) es alta 46 metros en su interior, y en el exterior, desde el suelo hasta la cúspide (o quilla) es de metros 109, practicables hasta 105. L’interior (el interior) del Duomo es formado en cincos navadas (naves), separada por 52 colonas (columnas) casi octogonales: cuatro de las cuales más gruesa de las otras, porque réggono (sostienen) la gran cúpola (cúpula), y tienen metros 3,40 de diámetro. Más de 3.000 estatuas se cuentan fra (entre) el interior y exterior del templo.
Y si un bosque de gigantescas colonas no bastara en hacer, el Duomo de Milán, el primer templo del mundo; sólo el panorama que se presenta desde su cima, lo hace maravilloso. Á decirte la verdad, es tan fuerte la impresión que se recibe en el primer momento, desde aquella altura, (mt. 105) que, a cualquiera, sin querer, le tiemblan las piernas, y parece que uno si amarée: pero, pasadas las primeras impresiones, se acostumbra a poco, a poco, a contemplar el panorama que se le presenta ante sus ojos. Además de verse, de un lado, algo de los Apeninos, y de otro, los Alpes con los montes Bianco, el gran San Bernardo, el Cervino, el monte Rosa, etc. se ven en lontananza ciudades y borgos (pueblos) como Pavía, Monza, Bérgamo, Cremona y otras.
Después del Domo, digna de admiración, es la Galería Victorio Emanuele II; tiene 195 metros de largo, por 14 de ancho y 32 de alto; tiene forma de una cruz, con en el centro, una gran cúpola (cúpula) de vidrio, de 50 metros de alto.
Otros edificios dignos de menzión (mención), son: el palacio Brera, el palacio Municipal, el Real, el gran Castillo Sforzesco, etc.
Te diré, que me gustó mucho la ciudad de Milán, porque, además de tener grandes edificios y casas de negocios de mucho lujo, tiene un esmerado servicio de tranvays elétricos (tranvías eléctricos), los más modernos: todos los coches tienen los asientos los más blandos, forrados con terciopelo color rojo; y a cada asiento hai (hay) un timbre elétrico (eléctrico), a comodidad de los pasajeros. Hai (Hay) más: en beneficio de los obreros y de todos, por las mañanas asta (hasta) las nueve, el precio en los travays elétricos (tranvías eléctricos), es reducido a la mitad; figúrate, ¡con sólo 5 céntimos te vas de una lado a otro de la ciudad!
En la Estación Central de los ferrocarriles, vos verás grandes coches ù automóbiles elétricos (o automóviles eléctricos), al servicio de los principales Hoteles, y que trasladan, no sólo a los pasajeros, pero también a los correspondientes equipajes.
Milán, la ciudad más importante de Italia en cuanto a la industria, es también el centro de las líneas italianas de los ferrocarriles: que, desde este punto, se derraman por todas direcciones de Italia, y varias al Estranjero (Extranjero). La ciudad de Milán es continuamente visitatas (visitada) por italianos y estranjeros (extranjeros) de todas partes.
En cuanto a la exposición, la visité toda detalladamente, y he quedado muy contento y admirado al mismo tiempo, al contemplar tantas maravillas realizadas, en el arte y en la industria, por el genio umano (humano).
L’exposición (La exposición) ocupa el expacio (espacio) de dos grandes plazas (Plaza D’Arme y el Parque), separadas bastante la una de la otra, pero puestas provisionalmente en comunicación por medio de una ferrovía elétrica (eléctrica) elevada; y la llaman elevada porque construida sobre de un largo puente de madera que cruza por encima de varios binarios del ferrocarril.
Las naciones que han concurrido en forma oficial a la exposición son las siguientes: Austria, Bélgica, Bulgaria, Canadá, China, Cuba, Danimarca (Dinamarca), Francia, Alemania, Japón, Inglaterra, Mónaco, Olanda (Holanda), Portugal, Suiza, Turquía, Ungría (Hungría) y las repúblicas de Sud-América.
La suma total de los edificios construidos (entre galerías, pabellones, restaurantes, quioscos, etc.) es de 222, divididos assi (así): 142 en plaza L’Arme y 80 en el Parque. La Galería del Trabajo era una de las primeras cosas en visitarse: en ésta se veían centenares de obreros y obreras ocupados todos en los diferentes ramos de la industria. El pabellón de Canadá, también, llamaba mucho la atención del público: frutas maravillosas, variadissimos (variadísimos) productos agrícolas, y ricos minerales allí expuestos, hacían de esa exposición, una de las más interesantes e instructivas. También el pabellón de la America Latina era visitado con mucho interés, y en donde nuestra República Argentina estaba dignamente representada.
Antes de regresar a Génova, me quedé medio día á (en) Pavia, ciudad antigua, pero muy linda é (y) quieta: tiene una famosa Universidad, en la cual miles de jóvenes cúmplanos sus estudios.
Recibí tu postal, junto con la del tío, y las dos del señor Sbarra, y agradezco a todos; también recibí las dos que me mandaron María Luisa, Adela y Elvira, y las cuales me fueron muy gratas; pero como tenían muchos escritto (escritos), venían multadas; con esto sólo las pongo en aviso, para cuando manden postales a otro.
También recibí el folleto de la manifestación popular al doctor Casimiro Liaudat; y al enterarme del motivo por tal demostrazión (demostración) me ne (me) sentí disgustado: pero al presente, espero, estará ya al cargo de antes.
Dirai (Dirás) a Jorgelina, que estuve en Reuta a visitar su padrino Antonio Passalacqua, el cual me agradeció muchissimo (muchísimo) por tal visita, y me encargó dieras recuerdos a su ahijada, a papá y demás en familia.
Te diré, que por casualidad, me encontré con mi madrina, en una calle de ésta; me dijo que dieras a todos muchos recuerdos, y me contó que el señor Alejandro está recién en convalecencia, por una enfermedad que lo tuvo en coma dos meses.
Cuando me escrive (escribas), me contarás algo de Baradero; como marcha el negocio de zapatería, ropería y almacén; si Agustín todavía está en pleito; y si el pueblo está siempre entre el barro y la tierra. También, cuando te acomode, me mandarás, algún número de La Prensa, ú (o) La Nación, y algunos de Cara y Caretas, ú (o) P.B.T.
Recibirás los recuerdos de abuelita y tío, y se los harás presentes a mamá y papá, hermanos y demás parientes.
De mi parte darás recuerdos a Simonin, Irizari, Sbarra, Carlos B., Llaquin, Bolán, Gramajo, Pedro Zapa, Pepe Rodriguez, Eigidio, don Luis y Angelito De-Cesare, Cacerola, Brondelli, San Pedrino y demás que pregunten por mí.
Sin más se despide tu apreciable hermano que te quiere
José Semorile.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

CUATRO GENERACIONES

Titi (María Raquel) Gamito me acercó la preciosa foto que ven debajo de estas líneas. 

De izquierda a derecha: 
  • Alicia Semorile de Gamito (la mamá), 
  • Sofía Ginsberg de Currat (la bisabuela), 
  • María Raquel Gamito (la beba), 
  • Benjamina Currat de Semorile (la abuela).

Seguramente fue tomada en los primeros meses de 1945. Disfrútenla que es muy bonita:


Mi agradecimiento para Matilde (una amiga) que mejoró mucho la imagen.