La Plata, 25 de enero
de 1907
Sra. Sofía G. de
Currat
Querida Sofía:
Con gran placer he recibido su carta, en que me da
detalladas noticias de Pedrito, le agradezco en el alma pues ya estaba algo intranquila
por el silencio que se observaba, pues ni él ni María escribían. Me alegro
muchísimo que se encuentren bien.
En la suya me dice que el padrino lo lleva siempre en
automóvil, no creía que se hubiese ido a Mar del Plata. ¡Cómo estará! Pues era
su delirio subir en automóvil cuando estaba acá.
Tendría grandes deseos de participar con Ud. de esos
momentos felices en que Ud. contempla los suyos todos reunidos, pero querida
Sofía, al contestarle ésta siento xxxx yo también, en estos momentos pues
aparece Benja ya maestra infantil, acaba de dar su práctica en la que ha salido
airosa como siempre. El tema era ¡El soldado! Y Josecito la esperaba anhelante
pues le había prometido los soldaditos que traería a su regreso.
La felicito Sofía y creo que mis augurios xxx eran mal
fundados ¡Qué le diré a León! Si estuviera cerca de él tendría que tirarle una
oreja. ¡Tan rebelde que estaba, ahora …!
En fin creo que todos son iguales. Dele muchos recuerdos y
mis felicitaciones y dígale que son pocas las que como Benja, sin
recomendaciones, debe todo a sus propios méritos. No crea que las que se
anuncian por telegrama son las más meritorias.
Deseando que se encuentren bien con cariños a los suyos,
besos a Pedrito, reciban Uds. los afectos de su sincera amiga
María M. de Albarracín